El gobierno distribuyó unos 150 millones de pesos entre funcionarios de distinto nivel en formato de tarjetas de mil pesos para que se entregara como regalo del día de las madres. Yo no sé como se sacan 150 millones de pesos del presupuesto para que funcionarios hagan regalos, pero supongo que hoy se explicará. Tampoco sé con que criterio el gabinete de políticas sociales distribuyó esos fondos que sin duda fueron usados en el más clásico esquema clientelar. Los medios que sirvieron la información indican que se distribuyeron 24 millones entre alcaldes a través de FEDOMU. 60 millones a gobernadoras, 30 millones a diputados, 20 entre senadores , 4 millones a la alcaldía del Distrito Nacional, 5 al despacho de la primera dama y 2 a la vicepresidencia. La distribución indica que con excepción de las gobernadoras hubo una selección previa de los beneficiaros de primer nivel o sea las personas que recibieron los bonos para distribuirlos obviamente entre su clientela política. No lo recibieron todos los senadores, ni todos los diputados y mucho menos todos los alcaldes. Anoche cuando hablaba del tema con alguien, me dijeron que 150 millones de pesos es una suma insignificante para la administración pública y a lo mejor es verdad. Pero estoy obligada a preguntar cómo se puede mover esa cantidad de dinero del presupuesto, tengo que preguntar si existe una partida presupuestaria para eso y tengo que preguntar con qué criterio se asignaron esos fondos. Cada diputado, cada senador y cada alcalde que recibió tarjetas tuvo la oportunidad de hacerse el gracioso, el popular o el bueno con el dinero de nuestros impuestos o sea que el PRM repite la práctica de fomentar el clientelismo con el dinero público. Si el gobierno quiere regalar dinero público, que es el dinero de nuestros impuestos, por lo menos debe hacerlo con transparencia si no quiere ser más de lo mismo. Tiene que decir de dónde vienen los fondos, porqué se entrega a determinadas personas y cuáles son los criterios para semejante tipo de gasto que ustedes y yo sabemos que es puro clientelismo. Adecentar la política dominicana es harto difícil hasta tanto quienes pueden hacerlo no insistan en sumarse a un pasado de robo al erario. Debo decir que todo el coge lo que no es suyo es ladrón.