Nunca es tarde si la dicha es buena dice el adagio popular y parece que fuera escrito para la ex vicepresidenta, ex primera dama y ex subconsultora juridica del poder ejecutivo Margarita Cedeño antes de Fernández. Doña Margarita ha asumido un papel de demandante de la transparencia en el caso del contrato de fideicomiso de Punta Catalina y es una de las mejores noticias del mundo porque, que yo recuerde es la primera vez que se suma a las huestes de la ciudadanía que demanda claridad en el manejo de los fondos publicos. Aunque ya tuvo un traspiés cuando José Rijo demostró con números que durante su liderazgo al frente de los programas sociales existió una nómina paralela que excluía del Sigeg un 70% de las erogaciones en ese sentido. Pero doña Margot sigue su mudanza a la lucha por la transparencia y la ética gubernamental defendiendo la obra más cara de la historia de la administración pública dominicana construida, si no recuerda, cuando ella era vicepresidenta. Es evidente que doña Margot está defendiendo la buena gerencia de una obra que nos costó más de tres mil millones de dólares y el rancho ardiendo porque hasta que no se haga una auditoría no sabremos cuánto costó. Que bueno que se suma a la causa de la transparencia. Lástima que solo uso el traje verde para decir que iba a acompañar el esposo que mandó al carajo cuando volvieron a ofrecerle ser parte de la boleta presidencial de su partido. Cuando cientos de miles marcharon de verde por el país en contra de la corrupción y de la impunidad doña Margot, no dijo ni pio. Debo recordar que era sub consultora jurídica del ejecutivo cuando se armaron los casos Peme y Prodaba. Ya en esa época se le situaba como colaboradora más que cercana de Leonel Fernández y aunque ahora cuatro mil millones de pesos usados irregularmente en esos enredos, resultan poco. Eran mucho en 1998. Margarita se convirtió en la primera dama que más dinero habría de manejar en la historia dominicana en el 2004. Era primera dama cuando se firmó el famoso contrato de la Sun Land y que yo sepa no se enteró. También era primera dama cuando se firmó el contrato de los tucanos por el que se pagaron 3.5 millones de dolares en sobornos. La doña no se juntó nunca con el pulpo, ni la medusa ni se batió en el coral, pero despertó y creo que el país completo está agradecido. El contrato de Punta Catalina está forzado a ser transparente. Luis Abinader muere en la película si no se deja claro que la planta no saldrá de manos del estado por este mecanismo y los entendidos dicen que hay que aclararlo. Insisto en que debemos saludar que la doña se haya cruzado a la lucha contra la corrupcion y la impunidad aunque sea 20 años después.