Ramón Antonio Guzmán Peralta asumió la dirección general de la Policía Nacional, prometiendo mano dura contra los delincuentes y malos ciudadanos. El traspaso de poder se llevó a cabo en el Palacio de la Policía, con la presencia del ministro de Interior y Policía, así como altos militares y funcionarios encargados de la reforma policial. Guzmán Peralta, con 38 años de experiencia en la institución, se comprometió a continuar con el proceso de modernización para cambiar las acciones de los agentes.