Felipe Ciprián del Listin Diario dice hoy que la elección de Abel Martínez como candidato del Partido de la Liberación Dominicana es una muestra de que la sociedad dominicana ha tocado fondo o lo que es lo mismo que no puede caer más bajo. El analista cita el enorme río de dinero que circuló en el proceso interno de los morados que a su juicio le permitió superar cualquier oposición interna. Textualmente asegura que Abel Martínez compró el estado mayor del danilismo que es el peledeismo actual. Como aquí en Sin Maquillaje dijimos con tiempo que los más cercanos a Danilo, con poder e influencia real, estaban con Abel tendré que asumir que los chelitos empezaron a circular desde muy temprano. Que Abel es incapaz de hilvanar un discurso es harto conocido, pero hace tiempo que no hay discurso entre el peledeísmo donde se impuso el llamado pragmatistmo de Danilo Medina que es la política clientelar en su grado máximo. Pero habrá que preguntar si es el dinero lo único que se necesita para estar en política. Nadie duda que Abel Martínez es inmensamente rico aunque no se sabe como construyó su fortuna toda vez que siendo un hombre muy joven solo ha hecho carrera en la administración pública desde que se inicio en la fiscalía de Santiago hasta llegar a la presidencia de la Cámara de diputados y su actual condición de alcalde. Una amiga de sociales me explicaba que el solo hecho de gastar una millonada en el primer año de su hija evidencia su capacidad de gasto. Tiene razón. Contrario al colega Ciprián yo no creo que la elección de Martinez sea la única muestra del deterioro del mundo político dominicano aunque le tocara una especie de tiro de gracia en el partido de Juan Bosch. Entre los aspirantes peledeistas había poco de donde escoger y no hay más abundancia en el PRM y el resto del liderazgo político. Ahorita volveremos a la encuesta para mostrar lo que dicen los números. Luis Abinader está solito en el PRM tras la resignación de HM. David Collado es un acto de mercadeo con muy poco brillo y Guido Gomez Mazara que dice se candidateará, tiene un discurso populista que no merece el brillo de sus apellidos. La FUPU hasta tiene el nombre de su dueño y mientras el respire que nadie aspire. A lo mejor y ese partido se convierte en herencia familiar como sus socios de la Fuerza Nacional Progresista que ya van por una tercera generación. No es solo Abel, andamos tan mal en términos de la vida política que la encuesta dice que hasta la expectativa de una nueva opción política ha caído por la incapacidad del llamado liderazgo alternativo de dar el salto. Por aquí no somos pesimistas pero viendo el paonorama cualquiera se rasga las vestiduras.