Los partidos no pueden evitar que ciudadanos que tienen casos en justicia se inscriban para optar por posiciones electivas en tanto hasta ser condenados de manera definitiva en un tribunal hay que presumir su inocencia. Hacer lo contrario es violar sus derechos fundamentales y cualquier bergante puede demandar por esa causa. Esa es la explicación que me dio un abogado a propósito de la inscripción de las candidaturas de varios legisladores y o ex funcionarios destituidos en medio de escándalos que aunque no estén en justicia están en los medios de comunicación o las redes sociales. los partidos podrían establecer una normativa particular que hasta ahora no existe que excluya a la gente que está en proceso de investigación sobre todo a quienes se le sindica en casos de corrupción pero de hacerlo podrían ser sujetos de otra demanda por daños a la imagen de esos candidatos. Visto eso, la dirección de los partidos podría decirse con las manos atadas frente al tigueraje pero la verdad no es así. La política y muy especialmente la inmunidad parlamentaria es usada por el crimen en el mundo entero en busca de impunidad. Desde la mafia italiana hasta Pablo Escobar. Nuestro país no es la excepción. El problema para los partidos ahora es la irrupción de las redes sociales y el impacto que puede tener una campaña a la luz de determinadas candidaturas cuyos efectos no se pueden medir. ¿Cuánto le costaría al PRM como partido de gobierno llevar en su boleta municipal o legislativa a personas sindicadas de actos reñidos con la ley aunque no hayan sido sometidos, juzgados o condenados? La Comisión Nacional de Elecciones del oficialismo emitió un comunicado en el que la recepción de las candidaturas no es una admisión y que esto dependerá del cumplimiento de la normativa establecida y de las “medidas adicionales”. Esas medidas que son consideradas como datos extras incluyen además de las pruebas de doblaje y papel de buena conducta, "estados auditados para conocer su propio manejo de las finanzas personales y de dónde surgen los recursos que disponen para financiar su propia campaña". Yo le aconsejo a los comisionados que presten atención al rumor público. Pocas cosas tienen el peso de un rumor sobre enriquecimiento ilícito, por demás poca gente y menos pocos politicos se rinden ante la necesidad de echar vainas con su riqueza mal habida.