La pregunta más socorrida tras la rueda de prensa de la dirección de compras y contrataciones públicas en la que pasa el escándalo de la contratación de la red de semáforos del Gran Santo Domingo al ministerio público es, ¿qué pasará con Hugo Beras? Beras pidió licencia sin disfrute de sueldo la semana pasada y de hecho ya ha sido sustituido. Le consulté a un abogado y me dice que en términos jurídicos es difícil establecer responsabilidad del funcionario en el susodicho contrato y que es probable que las investigaciones del ministerio público se centren en torno a las empresas y personas que desarrollaron una serie de actividades fraudulentas para ganar una licitación. En ese grupo ya sabemos que hay gente como Jochy Gómez que tiene décadas citado como responsable de actividades no santas y el nuevo actor el señor Padovani Báez, que en seis meses ha pasado de empleado público a próspero empresario capaz de ganar un concurso de más de mil 300 millones y en últimas instancia a una especie de terrorista urbano luego que su abogado amenazara con apagar todos los semáforos de la capital. Con Hugo Beras lo que comenzó a pasar es que salió del gobierno y en el futuro inmediato que es el mediano plazo, será investigado. Sin ser adivino en el largo plazo puede que abandone la vida política. Mucha gente no acaba de entender los cambios en la sociedad dominicana que aunque frenados por el aparato político que quisiera permanecer en una letrina histórica de corrupción e impunidad, ya no pueden con la presión que puede ponerse a través de las redes sociales. En este caso se trató de forzar un cambio en la opinión pública con opinadores profesionales que trataron de sacar el foco sobre la responsabilidad real del caso. No entienden que la pava no pone donde ponía. Ayer la dirección de compras y contrataciones canceló de oficio un proceso de licitación de urgencia en el ayuntamiento de Santiago para contratar la recolección de basura en esa demarcación. En Santiago, donde no quieren ruido porque el alcalde es candidato presidencial y no repetirá en el cargo, aceptaron mansamente el mandato. De todas maneras habrá quien pregunte cómo es que un alcalde que sabe se irá del puesto en tres meses licita de urgencia, un contrato por 1700 millones que deberá pagarse y agotarse en los dos años siguientes. En este país siempre hay un huevo buscando sal.