Yo no sé si se podría tener los nombres de los fiscales investigadores que “trabajaron” para que Odebrecht y Tucanos fueran dos esperpentos jurídicos, pero sería bueno ponerle nombre a alguien más que a la cabeza identificada en el soberbio Yanalán Rodríguez. Ocho de diez dominicanos no sabe que los casos tucano y Odebrecht fueron producto del ministerio publico que lideró Rodríguez y es más que evidente que el resultado de esos dos casos afecta la imagen del ministerio público que, aunque tiene un liderazgo diferente y un actuación diferente en la actual gestión, es la misma institución. Por eso los fallos en los casos citados afectan no solo la credibilidad del ministerio público actual sino que pone a prueba la confianza de la población en los proceso en curso y una serie de investigaciones igual de importantes que, sabemos serán sometidas, prosperen en los próximos días. Eso también lo saben los ladrones y sus planificadores de comunicación que han iniciado una ofensiva que incluye como cualquiera estrategia los errores de algunos de los actores. En esta lucha como en la guerra todo tiene un precio. El bocinerío pagado está haciendo su trabajo, alguien me dijo que quieren provocar una posible renuncia de la magistrada Miriam Germán con la esperanza de que su sustituto tenga menos peso en la opinión pública. Escuchen bien no que no pueda acometer la batalla contra los ladrones sino que tenga menos peso en la opinión pública. El mediatour del grupo que va de bocina en bocina fue precedido de dos hechos: La imputación del asesor honorífico del presidente, Roberto Santana, sobre la responsabilidad de la procuraduría en la tragedia de la cárcel de la Victoria y las declaraciones de la magistrada Mirna Ortiz de que no habían encontrado en una investigación a Danilo Medina que no sabíamos que existía. Todo el que me conoce sabe que conozco a Santana desde chiquitica y no creo que se preste a chanchullos de esta magnitud, pero el diablo nunca está en su casa y sus declaraciones junto a la inexperiencia de Ortiz frente a las cámaras fueron sin duda el pistoletazo de salida. Como reportera me pasé horas viendo a Miriam Germán sin pestañar en un juicio, es una persona que hizo un master en inexpresión. Quien la ve en estrado no puede saber lo que está pensando. Con la magistrada procuradora hay que esperar lo que escribe, porque es ahí donde ella expresa no solo sus decisiones sino su grandeza profesional y humana. Los abogados del mediatour y las bocinas que le entrevistan, como la mayoría de los mortales, cobran por un trabajo que no será digno pero es trabajo. Todo el mundo tiene que ganarse la vida aunque sea batiendo sica. A los que están pagando les sugiero que busquen otra técnica porque pueden ir por lana y salir trasquilados. Yo les aseguro que su mejor opción apegada a la justicia es Miriam Germán Brito, ella les ofrece lo que ellos no dieron que es garantía de derecho. Miriam Germán demostró sin quererlo que resiste todas las presiones posibles incluso las inhumanas. Ella, Yanalán y el país completo lo saben.