Cada vez que me invitan a una entrevista me preguntan porqué no estoy en la administración pública. Desde la óptica de mis entrevistadores y de gran parte de quienes hacen vida política hacer oposición critica a una administración tiene como recompensa el empleo público. Ya lo dijo Moscoso Puello en sus Cartas a Evelina “Los hijos del país, no hacen nada, o viven de la política o barren las calles. Y no se preocupan por esto. No les importa. No están preparados para nada. Abandonan los negocios lucrativos por los empleos. Los empleos son su ilusión, su sueño dorado” (Carta 10). No se asusten que no voy a perder la profesionalidad y tomar este espacio para hablar de mi. Pero es propicio decir que la próxima vez que me pregunten cambiaré la respuesta. Hasta ahora he respondido que no tengo vocación de empleada pública porque en el sector privado siendo subalterna puedo discutir mis puntos de vista y convencer o dejarme convencer sobre cualquier tema. En el Estado prevalecen putos de vista asociados al rango o al interés de los funcionarios y ese no es un buen clima laboral por lo menos para mi. La próxima vez que me pregunten la respuesta será, “no me ofrecieron el trabajo porque siempre he sido una asalariada y mi patrimonio es una casa y un carro ambos adquiridos con préstamo bancario”. Con ese perfil nadie califica para un puesto publico por lo menos es lo que se deduce de las expresiones de la defensa en los casos de corrupción. Esta madrugada cuando leía las consideraciones de los imputados de la operación Calamar me he dado cuenta de que al estado o al gobierno solo va gente rica, que entra rica y sale menos rica. Da la impresión de que está cerca del poder da poder pero te genera perdidas económicas. Desde mis limitadas posibilidades de investigación no puedo hablar del patrimonio de ninguno de los imputados. Personalmente conocí al padre de Donald Guerrero, un colega amable y muy profesional a quien no le conocí una fortuna particular porque vivió en la época en que los periodistas no se hacían millonarios. Lo que se deduce de las declaraciones de ayer o por lo menos de lo que se publica en los medios es que hay un grupo de personas ricas que sacrificaron vida y hacienda durante 8 años que sirvieron al estado. Aunque conservan suficiente patrimonio para que la jueza considere que tienen arraigo para que sus casos sean conocidos en libertad, todos perdieron dinero de las inmensas fortunas con las que llegaron al estado o al servicio público que es como se debe decir. De Peralta sé que meses después de llegar al rango de ministro fundó la empresa ABODOM junto al también ministro Ángel Estévez y sé que esa empresa se precia en su publicidad de ser la mas grande del país. Gonzalo tenía su empresa aérea y tuvo la suerte de que todos los tarjeta habientes del Banreservas contrataban sus servicios de manera automática justo cuando llegó al tren del estado. Los negocios de Donald están en Puerto Rico y no tengo fecha. Si el arraigo es el dinero, cuartos hay. La verdad es que cuando una escucha esos presupuestos de la defensa lo único que queda claro es como logra concentrarse el éxito empresarial entre la gente que se está sacrificando su tiempo sirviendo al Estado.