El PLD, la FUPU y el PRD salieron ayer por distintas vías a defender el 50 más uno para ganar las elecciones. El 50 más uno necesario para ganar un proceso electoral en la República Dominicana ha generado un esquema de sobrevivencia de la peor crápula política que hayamos conocido. Después de un fraude electoral que generó la peor crisis política en el país tras la caída de truijillo, el ex presidente Joaquín Balaguer fue forzado a un acuerdo político que generó las más importantes reformas institucionales de la vida dominicana. Se dispuso nuevamente la “no reelección presidencial”, así como la reducción de 4 a 2 años el período del Presidente de la República del momento 94-98, lo que originó nuevas elecciones en 1996. Además, se separaron las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales y se creó el sistema de doble vuelta electoral en caso de que ningún candidato alcance el 50 por ciento más un voto, se establecieron los colegios cerrados, la inamovilidad de los jueces y el principio de la doble nacionalidad. Por conveniencia política esa reforma se fue al carajo y solo queda la doble nacionalidad y el famoso 50 más uno ahora en el candelero. Para los más jóvenes les puedo explicar como surgió eso. El texto de los acuerdos que permitieron esa reforma fue redactado por un grupo tripartita en el que participaron Reformistas, perredeistas y peledeístas. Rojos y colorados ya tenían fuertes vínculos políticos que luego se harían públicos. Tras varias jorndas de discusiones en la Biblioteca Nacional los partidos llegaron un acuerdo que NO establecía 50 más uno sino 45 o una diferencia de más de 10% entre primera y segunda posición para evitar una segunda vuelta electoral. El acuerdo fue en la tarde y en la noche para la firma los pelereformistas modificaron el texto y lo llevaron a 50 a sabiendas que el tope histórico del PRD y Peña Gómez era un 46%. Varias fuentes me han indicado que los mediadores forzaron a Peña a firmar el entuerto indicando que evitaría un derramamiento de sangre si se extendía la crisis. Lo que pasó en el 96 ustedes lo saben. Lo que ha pasado a partir de ahí es el boroneo de votos de una serie de partiduchos que viven del estado a cuentas de mil o dos mil votos que son necesarios para que los grandes lleguen al famoso 50 más uno. Yo no sé cual ha sido el costo para el estado pero ha sido alto. El estado convertido en botín paga a los partiduchos con una dirección o una diputación. Leonel institucionalizó las entidades-partidos y así procomunidad era del PTD, migración de los Vinchos, la Cruz Roja del PRI, Bienes Nacionales del PQD, etc, etc. Por eso usted ve a Zorrilla Ozuna y a Martiza Ortiz, ambos propietarios de franquicias buscando la valla de Luis Abinader. Ahora en la primera discusión de la reforma electoral posible los partidos salieron a defender a sus socios. A la crápula que tiene en una franquicia política un modus vivendi.