El lunes no crucen por la hermosa ciudad de Moca, los pequeños y medianos productores de huevos de las provincias La Vega y Espaillat depositarán miles de huevos podridos en el Monumento al Agricultor que está en el centro de esa ciudad. La vida útil de un huevo es de alrededor de tres semanas, algo más con refrigeración. Los productores dominicanos no han desarrollado una política de almacenamiento o industrialización quizás porque no la han necesitado. Por demás las altas temperaturas que tenemos al momento no ayudan. Los 56 millones de huevos excedentarios del mercado nacional que tienen los productores de moca más arriba de la cabeza no caben en el monumento pero un par de millones sí y el hedor será histórico. En la cuarta semana del cierre del paso fronterizo de Dajabón y la tercera del cierre total de la frontera el gobierno de Abinader no ha dado una respuesta al problema de los productores que dependen de los mercados fronterizos. Los periódicos están llenos de promesas de negociación y de búsqueda de nuevos mercados . Que si Panamá, que si Cuba, que si el almuerzo escolar. La verdad es que Moca está llena de huevos hueros Al final de la semana pasada me llamó un amigo productor y yo con cierta inocencia le dije que no se alarmara que el gobierno había anunciado que le compraría la producción. Su respuesta fue elocuente: “Mire doña, yo mando un camión de huevos a Dajabón y me traen un sobre de dinero. Cartón de huevo vendido a un haitiano, cartón de huevo pagado. Los haitianos no exigen tamaño del huevo, no tienen clasificadores ni exigencias de calidad. Para venderle al gobierno hay que registrarse como proveedor del Estado y para tener ese registro hay que estar al día en los impuestos con una certificación de la DGII. Ese trámite puede tomarte un par de semanas sobre todo porque la mayoría de los chiquitos que nada más negocia con Haití no reporta impuestos. Después de tener el registro habría que entregar los huevos con una factura, pagar los impuestos de ley y esperar que el gobierno pague algún día” El productor me dijo además que ningún otro mercado comprará los productos locales sin cumplir una serie de normas mínimas que los haitianos no demandan. Pero no ha pasado ni una cosa ni la otra, muchos de los granjeros están matando las gallinas para no gastar en alimentos lo que pronostica que en un mes los huevos, ya caros, estarán por las nubes.