El miércoles cuando no se había secado la tinta de los periódicos que trajeron la historia de la compra de libros a unos autores que eran liderados por un chofer un herrero ya el ministerio de educación, hasta ese día liderado por Roberto Fulcar, había recibido los citados libros. No sabemos si se han pagado. La información confirmada hoy por Diario Libre da cuenta de como en el ministerio de educación se pueden reír de la Dirección de compras y contrataciones que paró el proceso con una medida cautelar y hasta donde podía llegar el compromiso con la corrupción. Aunque el rumor público hablaba de la cancelación de Fulcar desde hace meses nadie sabe si el propio funcionario tenía alguna certeza en ese sentido. Una fuente de entero crédito me dijo que lo sabía. Tampoco sabemos el nivel de compromiso que pudo tener el funcionario en una operación de esa naturaleza pero el problema lo heredará el equipo de doña Milagros que ahora tiene la cartera de educación. Un periódico trae hoy una historia diciendo que Milagros fue exitosa en todo lo que cojeó Fulcar: Realizó el primer censo de infraestructura escolar , se hizo del concurso docente el mecanismo para pasar a ser profesor y se instauró un software que transparentaba las acciones financieras de la Secretaría. Para el que no lo recuerda Milagros Ortiz adoptó esas medidas en el momento en que aspiraba a la nominación de una candidatura presidencial que fue ampliamente rechazada por su partido que escogió a Miguel Vargas Maldonado. Es difícil decir que hay que aspirar a lo que el ministerio tuvo hace 20 años pero es así. Probablemente Fulcar tomó las decisiones contrarias por tener la misma aspiración. Milagros entendía que convencería con transparencia y Fulcar con las prácticas tradicionales. Y el PRM debe entender que la decencia política más allá del tigueraje deja réditos importantes. Un amigo me dijo que Luis Abinader había resultado mejor presidente que lo que fue como candidato. Todavía no es tiempo para evaluar pero hay que reconocer valentía en la toma de decisiones. Abinader deja fuera en un mes a sus dos colaboradores más cercanos en la campaña electoral: Lisandro Macarrulla y Roberto Fulcar. Y me dicen que el rancho sigue ardiendo.