El mismo día en que el Banco Central anuncia facilidades de liquidez por 94 mil millones de pesos y que el presidente y una treintena de empresarios viaja a Guyana en busca de negocios para los últimos la oposición política anda discutiendo los pro y los contra de posibles alianzas y sus delegados rechazando en la Junta Central electoral aspectos de la ley de partidos que aprobaron cuando eran mayoría en el congreso. En la reunión de ayer en la JCE se buscaron todos los bajaderos posibles para superar los entuertos que provocan los plazos establecidos en la ley. Pero la ley es la ley y esta muy especialmente se aprobó a conveniencia de los grandes que tenían representación en el congreso. Los partidos, incluido el de gobierno, no acaban de entender los cambios de la sociedad dominicana y se aferran a las viejas prácticas que no necesariamente podrán sobrevivir en medio de este proceso de cambio. No se ha superado el clientelismo pero este no es el mismo país que hace cinco años y dista mucho del de hace 20 y eso no tiene nada que ver con los gobiernos porque aquí no ha habido ninguna política publica permanente. En República Dominicana hay 1.6 millones de personas con formación universitaria y casi 700 mil en las distintas universidades. Por mucho que prevalezca el atraso en nuestro cerebro esa gente no piensa igual que el país de la década pasada. Las remesas que superan el 35 por ciento del presupuesto general de la nación han ido cambiando la arquitectura del país que dejó de ser rural para convertirse en mayoritariamente urbano. Podría citarle 10 elementos más pero esos dos son suficientes para fundamentar que los cambios en la sociedad no pueden marchar a un ritmo y la práctica política a otro. La época de las componendas políticas pasó y si lo dudan preguntele a los miembros de la pasada JCE que fueron cercado por un grupo de jóvenes demandando democracia. Empecé este comentario diciendo que 94 mil millones de pesos estarán en la calle a partir de los próximos días, no es dinero clientelar porque la capacidad de gasto del gobierno está limitada a cerca de un 10% de presupuesto. Pero será dinero que impactará en la percepción de la gente sobre el rumbo de la economía en el año en que se definirán las elecciones.