Ayer cuando supe del archivo definitivo de la querella por acoso sexual contra el presidente de la Cámara de Cuentas solo pude pensar quién le devuelve la amargura vivida, quién resarce la trísteza de su familia y su entorno, quién recompone los lazos que debieron haberse roto por una situacion que ahora hay que ver como el inicio de una campaña no contra Janel Ramírez, sino contra ese organo del Estado. No hay que estar en la NASA, solo ver en los reportes de los Diarios, que quienes se montaron en la campaña avieza contra Janel Ramírez son los mismos que, fracasado ese intento, viajan en el tren del juicio político. El archivo del caso no me sorprende, varios abogados que consulté en su momento me dijeron que la querella no tenía asidero legal. Pero recuerdo la llamada irritada de una amiga del movimiento feminista cuando el hecho sucedió y como incluso me propuso se convocará a una acción contra el acosador. Mee too no estaba tan lejos. Mi respuesta fue: por principio creo en las mujeres que denuncian acoso. Para una mujer en esta sociedad la exposición pública es muy dura y somos juzgadas con mayor dureza. Sin embargo dado el matiz político que observé por la participación de algunos comunicadores mantuve una actitud cauta. Virginia Ofelia Correa Jiménez y Bella Massiel García son ahora un daño colateral para quienes asumieron esa estrategia. No creo que tengan el dinero para borrar sus nombres de la web como estilan los políticos corruptos del mundo incluyendo el presidente de un partido en la RD. Les voy a leer par de párrafos de una crónica de la agencia INFOBAE a propósito de la acusacion de acoso sexual contra el escritor dominico americano Junot Díaz que ocurrió por allá por el 2018. Cuando Díaz, único dominicano ganador del premio Púlitzer, fue acusado por una ex alumna. Por aquí los Vincho que nunca tendrán su gloria se ensañaron contra el autor simplemente porque alguna vez había defendido a los dominicanos de ascendencia haitiana desnacionalizados por la sentenci