Entre los múltiples títulos que le endilgaron a Leonel Fernández en el apogeo de su gloria uno de los más peculiares fue el de “Redentor del sur”. Si mal no recuerdo fue una creación del ex ministro de agricultura Frank Rodríguez, a quien el apelativo de “líder, maestro y guía” impreso en las gorras de los actos oficiales no le gustó lo suficiente. Recuerdo que el colega Jean Michel Caroit me preguntó alguna vez cuántos apelativos laudatorios se usaban para Leonel Fernández y yo logré juntar una decena. Eran los años en que además de Redentor del sur era “padre" de las carreteras de montaña y de los puentes del Este. Aunque Fernández trató de correr por tercera a su propia constitución con el famoso acto en el que “endosó” 2,213,225 firmas para su reelección , al final no pudo truquear a Danilo Medina. Fernández estaba tan seguro de que regresaría al poder en cuatro años que el famoso contrato 97-3 con la Barrick Gold disponía el pago del 3% en favor del estado en la fecha en que él tenía previsto volver a la presidencia. Danilo resultó tan truquero como él y entre el alboroto de las declaraciones de Quirino y los acuerdos del metro Fernandez tuvo que resignar su regreso en el 16 y Danilo reformó su constitución para quedarse. El cuento del 20 es más reciente y ustedes conocen de las primarias en que se votó hasta la madrugada y el triunfo de Gonzalo Castillo. Hago este largo preámbulo histórico a propósito de la entrevista de ayer de Leonel Fernandez en que intenta reivindicar lo que considera su legado político y en el que de nuevo juega con los números partiendo de los mismos dos millones de seguidores que parecen tener una fidelidad extrema pero que no aparecieron en las elecciones pasadas. Fernández dijo ayer que ganará las elecciones porque no ha hecho campaña y ya tiene dos millones de registrados en su partido lo que explicó como el 30% del electorado. Yo no sé qué hará cuando empiece a hacer campaña pero todos las semanas caravana, participa de mítines e incluso organizó un acto que intentó ser multitudinario en la plaza de la bandera, aunque con poca suerte. La madre Teresa de Calcuta es una chambra al lado de Leonel Fernández que ayer planteó que su cuarto gobierno servirá para redimir su figura. Fernández sigue jugando con las palabras y con los números. Tenía dos millones de votos en el 2011 que puso a disposición del PLD. Pero en las primarias del del 2019 solo obtuvo 880 mil votos y perdió de Gonzalo y en las elecciones pasadas obtuvo 365 mil. Ahora los dos millones de registros de la FUPU lo hacen sentirse casi presidente ojalá y no le fallen por tercera vez.