Tengo varios amigos y amigas teólogos y uno que siempre leo y recomiendo es el ministro bautista Harold Segura. Sus reflexiones acerca del evangelio de Jesús siempre están atadas a la más profunda humanidad. Hace años cuando discutía con Harold a propósito de su libro Crónicas de Aparecida, Harold me dijo algo que nunca olvido y más o menos fue: El cristiano bueno mira sus propios pecados y trata de enmendarlos, el cristiano que no es tan bueno se ocupa de mirar los del otro. El diálogo con el teólogo y teórico pues la cultura de Harold es impresionante terminó entre risas pues hasta Jesucristo tuvo que lidiar con los fariseos, esos que buscan la aplicación de la ley estricta a los otros y las excepciones a sí mismos. Cuando leí el documento de Leonel Fernández a propósito de su identificación de los siete pecados capitales del gobierno de Abinader no pude mas que recordar al mal cristiano que identificó mi amigo teólogo. Ese que ve lo malo en el otro y no en sí mismo. Como Fernandez anda en esos terrenos de la fe, yo no soy quien para llamarle fariseo y mucho menos enmendar la plana respecto a su identificación de los pecados de los demás. Pero Guillermo Moreno piensa de otra manera y ayer identificó los pecados de Líder Maestro y Guía de manera más directa. Porque mientras Fernández atribuyó siete pecados a Abinader que impedirían su reelección, Moreno le atribuyó a él uno solo: el robo, aunque con siete expedientes. Fernandez identificó siete pecados de Abinader (Alto costo de la vida, poco crecimiento, inseguridad ciudadana, baja calidad educación, colapso en hospitales, apagones y caos en el tránsito), que impedirán, a su entender, la reelección del mandatario. Guillermo Moreno le identificó un solo pecado a Fernández: el robo, pero le puso siete ejemplos: la Sun Land, Super Tucanos, Vagones del Metro, Universidad de Haití, parqueo de Bellas Artes, OPRET y Funglode. De FUNGLODE Moreno está muy bien enterado, tanto que convirtió su denuncia de corrupción contra Fernández por la financiación de la entidad en un libro en el que descansan todas las pruebas. Fernández habló de siete pecados capitales de Abinader que como pecados se resuelven con la absolución de un cura. Moreno habló de siete robos capitales y el robo es pecado y delito y como delito debe ir a la justicia. Esa señores es la diferencia.