En República Dominicana no hay tradición de transparencia ni siquiera con la salud de los líderes políticos. Por eso el partido La Fuerza del Pueblo ha emitido un comunicado diciendo que hay una campaña de descrédito contra Leonel Fernández a propósito de su salud. Los políticos dominicanos no se enferman, simplemente un día se mueren. Tenemos vasta experiencia, Balaguer estuvo sano, excepto por su ceguera hasta que lo montaron en un avión para Estados Unidos por una flebitis. Lo propio pasó con Jacinto Peynado y Jacobo Majluta. Peña Gómez hizo pública su enfermedad pero nunca dió detalles de la información médica. En el resto del mundo hasta un legislador que se enferme de algo emite un comunicado porque entienden que la salud de una persona es determinante en la toma de decisiones. No se piensa igual. Leonel Fernández ha tenido un notorio cambio físico y puede ser simplemente su forma de envejecer. La vejez extrema nuestras cualidades y debilidades algunos engordamos otros enflaquecen. En el caso de Fernández su peso ha subido y bajado y el rasgo mas notorio para quienes especulan sobre su salud es su piel. Fernández siempre fue papujo pero en los últimos dos o tres años ese papujismo se ha extremado. Ahora la gente dice que si tiene la piel macilenta o amarilla y como es una persona pública se especula. Como simple observadora de un cambio físico le pregunté a una doctora y militante de su partido si sabía de alguna situación de salud del maestro líder y guía y rápidamente me dijo “no, que yo sepa” La traducción de esa respuesta es “si pasa yo no estoy informada” y queda bien para todo. Decir que hay una campaña de descrédito contra LF porque se especula de una visita a un centro médico se desmiente diciendo que el doctor Fernández se somete en determinado lugar y cada cierto tiempo a exámenes y que su salud está bien. Ahí se cierra el caso. Enfermermase es ordinario y se hace más ordinario con cada año que nos pasa. Después de los 60, que es mi caso, la salud no se parece a antes de los 50. Ahora la salud es un privilegio.