No es noticia que Abinader optará por un segundo mandato sin el menor ruido. No tiene oposición interna porque ni Guido ni Albuquerque han concitado un respaldo dentro del PRM y el grupo de Hipólito Mejía con Carolina a la cabeza resignó sus aspiraciones de poder, por lo menos en este momento. A lo externo sigue favorecido por las encuestas de más credibilidad tanto que la pregunta en la calle es si gana en primera o segunda vuelta. La oposición política está luchando por un mismo mercado electoral y punto que sube o baja Abel o Leonel es punto que se suma o resta a uno u otro. El reto de Abinader no es pues ganar la consulta interna de su partido que será en primarias, ni siquiera reelegirse porque hasta este momento no tiene contendores, cosa que puede pasar mañana. Su reto es intentar una reelección desde la decencia y la honestidad que utilizó ayer como su lema de campaña. Competir con transparencia desde el gobierno y sin usar los recursos públicos es muy difícil y no tenemos tradición de ello. Las reelecciones en lo va de siglo han sido tan onerosas para las cuentas públicas como lo fueron desde la era de Lilís. Hipólito Mejía lo intentó sin suerte en medio de la peor crisis económica que recuerde el país en el 2003 luego de que la quiebra bancaria nos sumiera en un déficit fiscal que todavía no se supera. Cuando Leonel Fernández se reeligió en el 2008 el país entró en una de sus peores crisis económicas tanto que Fernández convocó a una cumbre del liderazgo político, uno de sus golpes de efecto en comunicación para enfrentarlo. Férnandez intentó quedarse en el 2012 (Recuerden los dos millones de firmas del Palacio de los Deportes) pero como no pudo dijo que gastaría 40 mil millones para que se eligiera al entonces descolorido Danilo Medina. Danilo se reeligió el 16 y no sé si ya se contaron los votos. Dijo que ganaría con un 62% y así fue. El desastre de la JCE liderada por el hoy fupuista Roberto Rosario irá a los anales de la historia. Danilo hizo de todo para quedarse y cuando no pudo hizo la campaña electoral más cara de la historia en favor de El Penco según sus propias palabras. El anuncio de ayer dijo que era pagado por Abinader y eso es bueno. La pregunta es si logrará controlar a sus funcionarios que tienen sus propias aspiraciones y que quizás no quieren o no pueden asumir el discurso de honestidad del presidente.