La policía dominicana cumple hoy 86 años y sigue siendo una de las entidades de menor credibilidad en la vida nacional. Ha sido sometida a decenas de cambios cosméticos pero ninguno de fondo y no hay muchas expectativas que la reforma anunciada por el actual gobierno prospere. Un informe presentado ayer por Participación Ciudadana evidencia como la delincuencia común es la gran preocupación de los ciudadanos sin importar su nivel social o económico y cada cual trata de buscar una salida en la individualidad. Eso va desde subir las rejas de la casa hasta no salir en determinados horarios. El 55% de los encuestados dice no confiar en la policía y el 66% o sea uno de cada tres no denuncia los casos porque entiende que no sirve para nada y quizá eso ultimo es lo más relevante. Quien vive en el barrio sabe que ir al destacamento a poner una denuncia muy probablemente solo le sirve para una nueva revictimización porque en muchos casos los policías tienen relaciones estrechas con los delincuentes. Eso genera una especie de impunidad al detalle. El delincuente sabe de antemano que cuenta con la impunidad del no sometimiento y disfruta un privilegio. Cuando fui asaltada a una cuadra del destacamento de la José Contreras y hube de poner una querella porque era requisito para la renovación de algunos documentos, salí con la seguridad de que eso no servía para nada. El policía escribió mi queja en una mascota vieja y cuando le pedí un numero para llamar y saber si por lo menos mis documentos había aparecido rompió la página donde había escrito mi propia queja. Luis Abinader y el PRM se acercan a los dos años de gobierno y su propuesta de transformación de la policía iniciada en octubre luego del informe y recomendaciones de una comisión especial no evidencia avances más allá de la mejoría de las condiciones salariales en los uniformados. Confiar en la policía es el primer paso para una mejoría en la seguridad pública pero no hay ninguna acción que genere esa confianza. A la policía hay que reiterarse lo que hemos dicho a otros funcionarios: Las relaciones públicas tienen un limite y ese límite es la realidad. La peiceción no va a cambiar hasta que el policía no cambie.