El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó ayer el despliegue de una Fuerza Multinacional de asistencia a la Policía de Haití. Ese es el título. En términos prácticos la “autorización”, que todavía es un mandato sin fecha, da luz verde a una intervención armada en Haití, que allana el camino para que un millar de policías de Kenia, como parte de una fuerza multinacional, restauren la paz en el vecino país, víctima de bandas armadas que controlan gran parte del territorio y que han instaurado un régimen de terror y violencia. Los números que se manejaron ayer y en fechas previas en Naciones Unidas son más que alarmantes para los ciudadanos haitianos que son los únicos que viven o sufren su tragedia en carne viva. Miles de muertos y secuestrados, cientos de violaciones colectivas, carencias de lo más elemental para la vida humana. Según los gobiernos de Canadá y Estados Unidos importantes empresarios haitianos (impedidos de entrar a sus países y de hacer negocios allá o desde allá) han financiado a las bandas armadas que controlan el país. Para entender el fenómeno es simple, las bandas financiadas por el sector empresarial debilitan el estado. Esos empresarios se sienten más cómodos financiando delincuentes para su protección que pagando impuestos para fortalecer el estado. Obviamente que hoy la noticia más importante de la prensa nacional es la decisión del Consejo de Seguridad. El tradicional lambonismo dominicano le atribuye el hecho a la insistencia del presidente Abinader aunque yo no sé si de eso se trata. Un cabo que seguía en vivo la transmisión de la reunión me comentaba que el nombre de República Dominicana no se mencionó en ningún momento. Ni antes, ni durante, ni después. Con todas las primeras planas valorando la decisión creo que solo dos medios aterrizan ante el hecho de que la intervención no tiene fecha. Será antes de enero dijo el canciller keniata, pero para enero faltan tres largos meses. Será en dos meses dijo el canciller Álvarez en un tono más optimista. Ayer el presidente Abinader dijo que nada cambiará en la frontera a pesar de la resolución de la ONU. Eso para quien quiera entender significa que a pesar de las primeras planas Luis Abinader entiende que no ha pasado nada y creo que es verdad.