Hoy vence el plazo para el registro de candidaturas y ninguno de los partidos opositores ha dado indicios de quiénes ocuparán las candidaturas a la vicepresidencia de la República. Desde la era de Francisco Augusto Lora, tan lejos como en 1966, los candidatos presidenciales se han ocupado de que las candidaturas a vices nunca sean una cosa del otro mundo y quizás por eso se definen rápidamente. Los casos de Jacinto Peynado y Milagros Ortiz Bosch que tenían Brillo propio cuando fueron escogidos son excepcionales y Leonel Fernández no representaba ningún ruido en el PLD del 94. Los partidos dan luz verde a los candidatos presidenciales con posibilidades de ganar porque es un puesto con el que deben estar cómodos, y los candidatos normalmente escogen alguien con cualidades especiales, debe ser alguien que sume, alguien confiable y sobre todo alguien que no haga sombra. Luis Abinader experimentó con Raquel Peña con éxito y repite, pero Leonel Fernández y Abel Martínez la tienen más difícil. Se especuló que Martinez habría ofrecido la posición a Margarita Cedeño y ya sabemos que la ex vice y ex primera dama lo rechazó porque ayer la anunciaron como parlamentaria centroamericana. Por demás el puesto no le sumaba a las ambiciones de la Cedeño. Leonel Fernández no ha soltado prenda, ni siquiera ha opinado sobre una campaña que promueve a la viuda de Reinaldo Pared, Ingrid Mendoza, como su compañera de boleta. La semana pasada se especulaba que el líder buscaba alguien de los medios de comunicación con cierta ascendencia en los sectores populares. Eso buscando diferenciarse del perfil de popy de la actual vicepresidenta. Si la encontró lo sabremos en unas horas. La noticia sin duda es que les ha dado mucha brega.