Alrededor de 30 precandidatos a distintos puestos electivos para las elecciones de febrero tienen temas pendientes en la justicia y a pesar de eso inscribieron sus aspiraciones para ocupar un puesto electivo o reelegirse en otros casos. Desde Kinsberly Castillo la primera funcionaria defenestrada en el gobierno de Abinader hasta el candidato a la alcaldía por el PLD en Santo Domingo Este que tiene varias querellas por operar bancas ilegales, el grupo es diverso e igual de diversas son las imputaciones que les han llevado a los tribunales. El PRM se lleva la palma con 7 diputados con casos justicia entre ellos en los grandes operaciones contra el lavado de activos y por lo menos dos candidatos a alcalde de SDE el municipio más poblado del país que fueron destituidos de funciones públicas por casos de irregularidades: Ellos son Mérido Torres y Adan Peguero. El primero salió de la dirección de titulación de tierras del estado por el escándalo Calamar y el segundo por un contrato irregular durante su corta estancia en el IMPOSDOM. En términos legales todos pueden mantener sus aspiraciones porque ninguno de los casos citados ha adquirido el estatus de cosa juzgada y sus procesos están en el largo tránsito de la justicia dominicana para quienes tienen poder o dinero. En las últimas semanas se armó el alboroto por el anuncio del PRM de que someterá sus listas de candidatos al escrutinio de varias entidades incluyendo la embajada de Estados Unidos. Posteriormente Ruben Bichara dijo que el PLD hacía lo mismo. Mis fuentes, coronelmente bien informadas, me dicen que no es la primera vez que el PRM lo hace y a pesar de eso tienen el traspiés actual que deja muy mal parada a la organización. Mis fuentes indican que la dirigencia del PRM tiene mucha presión por parte de esos aspirantes que apuestan a la desmemoria o al hecho de que la gente común no se interese por el perfil real o el modus vivendi de los candidatos. Medir el efecto que puede tener para el oficialismo mantener candidaturas “vaheadas” de personas que, en cualquier momento pueden estar en el banquillo de los acusados, es difícil pero es muy posible que las encuestas le ayuden. Algunos de esos aspirantes con mucho dinero tienen una intensa acción de comunicación de esas notas que cuentan lo que fulano dice o hace aunque eso no le importe a nadie. La verdad es que mientras más tarden los partidos en frenar al tigueraje que usa la política como salvaguarda para sus actividades ilícitas o simplemente irregulares, más difícil será adoptar una decisión que sea saludable para la propia organización y para nuestra democracia.