El pasado 11 de marzo el presidente de Guyana y el secretario de estado de los Estados Unidos dijeron que estaban optimistas respecto a la situación de crisis en Haití. El diálogo impulsado por Caricom acordó la creación de un consejo para la transición como paso inicial para crear las condiciones que faciliten la presencia en Haití de una fuerza multinacional de pacificación. Han pasado ya tres semanas completas y anoche estaba la expectativa de que se formalizará el decreto con la integración de un consejo presidencial cuyos integrantes ya son conocidos pero que necesita de la formalidad de un decreto y salvar las guardas establecidas en su constitución para poder operar. De los resultados de esa sesión no hay noticias hoy por lo que habría que suponer que no hubo un acuerdo. Entre el acuerdo de Kingston y el desacuerdo actual las bandas que operan en Puerto Príncipe han intentado tomar la casa presidencial en tres ocasiones, atacaron un parque industrial incendiando más de 90 mil metros de infraestructura y ayer atacaron la Biblioteca nacional de Haití. No hay que ser de la NASA para entender que el recrudecimiento de los ataques y la acción frontal contra lo más cercano a la autoridad que es la casa de gobierno son el mecanismo de presión que tienen las bandas asociadas a Guy Phillipe para luchar contra un acuerdo que puede ser su fin. Las Bandas existen porque no hay en Haití una institucionalidad mínima. Una presencia multinacional que propicie un orden mínimo sería su fin y el de gente como Philippe. En Haití no hay una clase gobernante y la clase política tiene dos características: su incapacidad para llegar a acuerdos sobre premisas mínimas y una enorme insensibilidad ante el dolor de su propio pueblo. 5 millones de personas amenazadas por hambre, 58 mil desplazados en Puerto Príncipe y una capital sin puerto aeropuertos ni hospitales. Fernando Ferrán hace hoy una dolorosa y técnicamente hermosa descripción de la tragedia haitiana que les invito a leer en Acento y usa una palabra extrema: autofagia un pueblo que se come a si mismo.