Hoy todo el mundo hablará del discurso del presidente y yo quiero solicitar una licencia para tratar un tema de extrema gravedad por lo menos para nosotros. Si algo nunca esperé de la administración de Luis Abinader a quien todos reconocemos hasta ahora pulcritud en el manejo de la administración pública es una concesión a favor de un interés privado y de manera subrepticia. Pero parece que hay excepciones. La enajenación de bienes públicos ocurre de varias maneras y uno muy viejo es la apropiación de terrenos públicos en el caso que nos compete nada más y nada menos que un área protegida. Se trata de la Reserva Forestal de Loma de Novillero, que todos saben está en el municipio de Villa Altagracia. Personalmente tengo un lazo emocional con el novillero porque fui la joven reportera que cubrió el inicio de los trabajos de reforestación de ese proyecto por allá por 1983 ahorita les presento las pruebas. Loma de Novillero fue gravemente atacada por el huracán George en el 98 pero la naturaleza pródiga con nuestro país hizo que en unos años se recompusiera en un hermoso bosque latifoliado más rico que el bosque de pino de su segunda generación. Durante años denunciamos la explotación inmisericorde de El Novillero que los villaaltagracianos atribuían al diputado Manuel Díaz de quien se dice sacó pinos suficientes para construir el famoso puente sobre el rio Kwai. El año pasado y tras una serie de denuncias el ministerio de Medio Ambiente anunció que instalarían un destacamento para controlar la explotación maderera. Varias personas me dijeron que ese no es el problema fundamental y hasta este fin de semana no lo entendí. Sucede que hay una persona que es dueña del novillero, que con equipos del gobierno construyó una carretera hasta la cima en un área protegida y que además impide el acceso a su propiedad y yo lo comprobé personalmente. Solo En República Dominicana alguien se coge un área protegida, hace una carretera, corta la madera para instalaciones eléctricas, impide que los ciudadanos pasen por ahí porque está pegado en el gobierno. Yo no esperaba que esto ocurriría en esta administración pero pasa y parece que está normalizado. El novillero que es un ejemplo de intervención humana en defensa de la naturaleza es propiedad de alguien identificado hasta ahora como el doctor Wiliberto. Unos me dijeron que era médico de Hipólito otros que de Abinader. De ser cierto cuan cara nos sale esa salud. La verdad es que preferiría que los gastos médicos de nuestros lideres políticos se paguen en efectivo o por lo menos con tarjetas de crédito pero con las protegidas no.