Con frecuencia tengo que recomponer la décima de Juan Tomás y les digo a ustedes que no quiero caer presa. La libre expresión y difusión del pensamiento es un derecho constitucional que está normado por la ley y eso no lo sabia Chimanbli. Chimanbli quería ser influencer y su cuenta de tiktok solo tenía 50 seguidores así que profirió una serie de insultos y amenazas al presidente de la República con la meta de hacerse viral. Por su cabeza no pasó un artículo del código penal que establece penas hasta de 30 años por un delito que cuando yo estudiaba se llamaba Ofensa al presidente. Cabezas como las de Chimambli es la que formado la sociedad dominicana de los últimos años gracias a la peor educación del mundo. Esta semana que usado el servicio de taxis porque me recomendaron no manejar. Pasé un día completo escuchando opiniones sin fundamento acerca de las relaciones violentas de dos influencer y un tercer día escuchando la versión del dotol nastra sobre la prisión de su hijo. Ayer decidí manejar para sacudirme del sofoque de informacion intrascendente que domina los medios electrónicos en perjuicio de quienes le consumen. Para mi desgracia la decisión de manejar ocurre el día en que Alfredo Pacheco se sacudió para demostrar su liderazgo en una filípica contra el ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara, que contó con el respaldo de prominentes ciudadanos que en cualquier lugar del mundo estarían presos o investigados. Como ayer le dediqué demasiado tiempo a la podredumbre política hoy pasaré la página y no hablaré de Carolina, que hasta donde sé es la hija de Hipolito. Esa es su credencial supongo que profesionalmente tiene otra pero en política esa es la que le conozco. Si usted lee como yo los periódicos de hoy se va a dar cuenta de lo penoso que ha sido la credencial de los hijos de tal o cual dirigente político. Para muestra el botón del día que es el informe de la Cámara de cuentas sobre los contratos otorgados por Tony Peña Guaba, el hijo de Peña Gómez, en diciembre del 2020. Supongo que las violaciones a la ley que hoy evidencia la auditoría se pasan por alto por su condición de hijo de Peña Gomez. No hay que sorprenderse de que Carolina Mejía defienda la política clientelar siendo que su credencial es la hija de Hipólito. Lamentablemente en el país de Chimanbli la Coalición para la defensa de las áreas protegidas, Acción Verde y todas las organizaciones ambientales que han salido en defensa del ministro Ceara tienen menos espacio que los Pacheco y el ministro que dijo que no paga publicidad está pagando eso con su imagen. Salir del país de los Chimanblis debería ser la cruzada nacional pero los políticos corruptos no quieren gente que piense ni gente que quiera decencia y orden porque hacen dinero y crean liderazgo gracias a los chimamblis que le siguen.