Tras la derrota electoral del 2020 Danilo Medina reconoció que había sido la campaña electoral más cara que conociera porque sus compañeros de partido no se movían sin dinero. Los peledeístas aprendieron a vivir con grasa y sin esa grasa no funcionan. Por eso el alboroto morado ante la fuga de alcaldes y directores de Distrito. No es solo que el 30% de sus oficiales municipales electos ha emigrado, hacia el partido oficial a la Fupu o la grupo de Julio César Valentín sino el impacto económico que eso tendrá en una campaña electoral que ya está a las puertas. Hay innúmeras ventajas de aspirar a una posición electiva desde el poder incluso en el más modesto de los Distritos municipales y si alguien los sabe es el PLD que tuvo el control municipal del país por dos décadas. En términos políticos perder la segunda mayoría en el senado es más trascendente que la migración municipal. El solo hecho de salir de un puesto en el Consejo de la Magistratura es un golpe de Bolsón por el que el PLD apenas peleó. Los ayuntamientos manejan alrededor de 30 mil millones de pesos y el pataleo es por esos millones. Las encuestas actuales indican que más allá de los resultados en una elección presidencial el PLD sería mas que golpeado en las otras esferas de elección popular por la debilidad de su liderazgo y las acusaciones de corrupción generalizadas en lo local. El PRM por su parte es el lado contrario de la moneda. Las ambiciones individuales que destruyeron su partido madre el PRD ya afloran en los principales municipios del país debilitando una estructura interna que no tuvo que fortalecerse porque simplemente se benefició del rechazo generalizado a los morados. Santo Domingo Este es el mejor ejemplo Manuel Jiménez fue en la boleta del PRM porque al igual que en muchísimas demarcaciones esa organización no tenía ningún candidato que marcara. Mas allá de las dificultades iniciales la gestión de Jiménez se ha estabilizado pero ahora sus adversarios son los perremeistas que se sienten dueños del mundo. Esos ni oyen, ni ven ni entienden más allá de que como dueños de la organización a ellos les toca. Hay 8 aspirantes solo a la nominación de la alcaldía de Santo Domingo Este. Los perremeistas no han podido superar el hándicap de su origen y ya se están despedazando. Abinader tendrá que empeñarse con fuerza para llamar al orden a una organización donde los llamados dirigentes no entienden que ya el partido no decide por encima de la gente.