Ayer en medio del show de una conferencia protagonizada por el ex secretario de estado Mike Pompeo, el ya popular empresario Jochy Gómez advirtió que tenía otro contrato y el riesgo de perderlo tal como el zarandeado TRANSCORE para la semaforización del gran Santo Domingo. En esta transmisión eso no es noticia porque ya hace par de meses que habíamos adelantado la existencia del citado contrato con el Ministerio de Defensa. Gómez ha devenido en unos meses de personaje de la sombra amparado en los vínculos primarios de su familia a una especie de hombre espectáculo. No ha habido manera de que se sepa en qué andan las investigaciones por las irregularidades detectadas en la famosa licitación ni que el MP suelte prenda sobre si se investiga o no. El ministerio de Defensa no ha explicado el contenido de ese otro contrato y en un documento que se conoció anoche da cuenta de la notificación de la rescisión del citado contrato mediante acto de alguacil el pasado 10 de septiembre. Eso significa que todo el ruido que se originó en torno al caso TRANSCORE no alertó al entonces ministro de defensa Carlos Díaz Morfa para por lo menos revisar dicho acuerdo. El acto de alguacil notificado a Gómez Canaan es escueto y reza “ El Estado General de las Fuerzas Armadas, a unanimidad de sus miembros, aprobó la rescisión del Acuerdo de Cooperación entre el Ministerio de Defensa y la sociedad comercial AURIX S.A.S., De igual forma se decidió instruirle a la Dirección General del Cuerpo Jurídico, MIDE, para que le notifique la rescisión del citado acuerdo a la referida sociedad comercial”. Un cabo me explicó con detalle la importancia de ese contrato entre Gomez Canaan y el ministerio de defensa. Es muy simple: materiales, artículos y tecnología que solo puede ser adquirida por y para organismos de defensa llega a la empresa o empresas del empresario Gómez Canaan gracias a ese contrato que lo convierte en suplidor de la Defensa Nacional. Es posible que la tecnología adquirida solo se use para fines de los militares, pero también es posible que no. Lo curioso es que con el pedigrí conocido el ministerio de defensa le haya concedido dicho contrato y que se dejara en esas manos elementos importantes o vitales para un país como es la defensa nacional.