En un país en el que ni los diputados investigan sobre los datos reales para hablar pachotás, la publicación del Censo o por lo menos de un informe preliminar servirá para que las autoridades tomen decisiones, los políticos y candidatos tengan sus números claros y en los medios de comunicación se hable con mayor pertinencia. Los datos censales permiten un número infinitesimal de cruces de información hoy los más relevantes son la reducción de la tasa de crecimiento de la población, la irrupción de la Provincia de La Altagracia como una de las cinco grandes y el hecho relevante de que la provincia Santo Domingo congrega más gente que las siguientes 3 en el número de habitantes. La publicación junto al informe de un análisis de cien años de censos nos permite mirarnos en el tiempo. Pasamos de rurales a urbanos, de familias numerosas a familias pequeñas y el dato mas relevante es que nuestro país está en un estado llamado meseta en términos de población en el que se evidencia una tendencia al envejecimiento de sus habitantes que ahora son mucho más longevos. Quienes todavía hablan de las bondades de la dictadura son escupidos por el dato de que nuestra expectativa de vida ha crecido en más de 20 años, pasando de 48 y 52 para hombres y mujeres a 72 y 78 respectivamente. El Gran Santo Domingo y Santiago son 3.9 millones de habitantes y San Cristóbal y La Altagracia suman otro millón 134 mil habitantes. Ahí está la mitad de la población. Sorprende el número de viviendas desocupadas unas 720 mil que se explican en la condición de villas de descanso, airbnb, alquileres o inversiones desde el exterior y que explican el boom de la construcción. Hay mucha gente que tendrá que revisar lo que dice y supongo que habrá mucha gente que empezará a desmentir los datos del censo desde su barriga, sin ninguna investigación porque los datos no convienen a quienes hablan cada día desde el absurdo.