La procuradora general de la República recuperó ayer para la memoria inmediata la necesidad de establecer responsabilidades frente al hecho político que fue la cancelación de las elecciones municipales del año pasado. La cancelación de ese proceso electoral que fue parte de un ejercicio del entonces partido en el poder para responsabilizar a la oposición del entuerto quedó sin una investigación profunda a pesar de que nos costó más de cinco mil millones de pesos que pagaremos todos y todas. La JCE de entonces liderada por Julio César Castaños se empecinó, como la anterior, en el uso de máquinas de votación cambiando el nombre de voto electrónico por voto automatizado. Por aquí estuvieron representantes de varias instituciones para llamar la atención sobre un sistema que había sido abandonado en la mayoría de los lugares donde se usó y que prevalecía en países de cuestionable ejercicio democrático. Pero la JCE siguió como el hombre aquel. Canceladas las elecciones la gente de Danilo Medina que controlaban el país, los medios de comunicación y cualquiera otra cosa, intentó responsabilizar a la oposición del tollo electoral y un técnico de la empresa claro y un coronel, hoy general, pagaron físicamente por los platos rotos. En la JCE suspendieron a un director y nada más. Doña Miriam recuperó el tema ayer cuando en la reunión del Consejo Nacional de la Magistratura para la selección de los miembros del TSE dijo simplemente “para mi todos son culpables” Lo dijo porque inquirió al entonces consultor jurídico de la Junta sobre las responsabilidades que aun no se han establecido. Personalmente entiendo que el ministerio público no tiene recursos para llevar a procesos todas las formas de corrupción que se desarrollaron en la RD en las últimas década, pero, si de algo estoy segura es que no hay corrupción que nos haya hecho más daño que la corrupción electoral. Está sociedad tiene que aprender a enfrentar a sus demonios y los responsables de cada cosa tienen que pagar por ella. Hay que ponerle fin a los intocables y ustedes y yo sabemos quienes son.