Cuando la pandemia del Covid inició en RD y San Francisco de Macorís se convirtió en epicentro no solo de la enfermedad sino de las informaciones en torno a la enfermedad profesionalmente nos atuvimos a los datos oficiales que es lo que hace el periodismo serio cuando no tiene la posibilidad de una investigación propia. En varias ocasiones les dije a ustedes que lo único que no se oculta es un muerto porque los cadáveres se descomponen rápidamente y si hay algo insoportable es el hedor de la muerte. Para entonces las especulación en torno a las posibles muertes por covid cundían en las redes sociales y el voluminoso espectro de canales de televisión del país con más medios de comunicación de América Latina, con la irresponsabilidad que caracteriza a los opinadores que no necesitan fundamentar lo que dicen. Ayer el ministro de salud, Daniel Rivera, tuvo que salir a aclarar que el gobierno no tiene porqué ocultar un posible brote de cólera en el país que según la diputada Sonia Agüero de Dajabón cunde en su provincia disfrazado de Diarrea. La única manera de diferenciar el cólera de la diarrea común es con un análisis de las heces que supongo la diputada hizo en cada caso. Los efectos de las enfermedad según explica la clínica mayo pueden causar la muerte en horas. Pero la Diputada afectada por el síndrome del micrófono delante ya dictaminó un brote de colera, que puede ser verdad si es demostrado, pero que ella diagnostico sin necesidad de ninguna prueba. Todos los diarios de Hoy traen las reacciones al anuncio de la creación de un ministerio de justicia. Un proyecto que se dijo será sometido dentro de cuatro meses. Solo una mujer como la procuradora Miriam Germán, seca, sacudida y medida por buen cajón, dijo que no tenía nada que decir. Es evidente que la doña no habla de lo que no conoce porque nadie ha visto el famoso anteproyecto. Y lo único que se puede decir sobre el citado anuncio tiene que ver con su pertinencia o no ó con su historia, porqué ya lo tuvimos desde el inicio de la república. En este modesto espacio hacemos un ejercicio cotidiano por no caer ante la diarrea verbal, sobre todo de congresistas que no resisten tener un micrófono delante sin hablar de lo que sea. No sé si ustedes han notado que el resumen que leemos todos los días está compuesto por informaciones que reflejan hechos concretos no declaraciones. Hace 20 años decíamos que el gobierno de HM sufría de incontinencia verbal porque el primer mandatario hablaba hasta tres veces al día de lo que fuera que le preguntaran. Lo que pasa ahora con la multiplicidad de medios que necesitan llenar espacio supera la incontinencia y se convierte en diarrea. El papel de los medios es informar para ayudar a la gente a discernir sobres los temas que le atañen, pero cuando los medios están llenos de lo que cualquiera pueda o quiera decir esa posibilidad que se llama derecho a la información resulta difícil de lograr.