Que Danilo Medina llamara a sus correligionarios a destruir las carpas que levanten sus adversarios en las inmediaciones de los colegios electorales tenía que convertirse en viral por que tiene que llamar la atención que un ex presidente de la República llame al uso de la violencia sobre todo en una campaña electoral que ha transcurrido con mucha tranquilidad y sin ningún sobresalto. Levantar carpas para el activismo electoral es una violación a la ley que fue denunciada por Participación Ciudadana por ejemplo, y hace varias semanas que la JCE emitió una resolución advirtiendo que la policía electoral enfrentaría tales desaguisados. El alboroto del discurso de Danilo que llamó a los delegados peledeístas a defender sus votos con la vida y que denunció que el oficialismo promueve la abstención coincide con la publicación de la encuesta AC media posterior al debate presidencial que no advierte ningún cambio sensible en la intención de voto. Los puntos más relevantes de la encuesta son la credibilidad de la JCE que ronda el 80%, la convicción de que Luis Abinader ganaría en primera vuelta que es del 87%, la firmeza del voto que supera el 80% para todos los candidatos y la convicción de que no habrá una segunda vuelta que tiene la mayoría de los ciudadanos. En esta primera encuesta post debate hay datos relevantes para los partidos políticos que incluyen el fenómeno de las redes sociales como forma de comunicación por encima de la televisión tradicional, La convicción de que Abinader ganó el debate y llama profundamente la atención el peso del voto cibaeño a favor del mandatario. En ese ambiente las declaraciones de Danilo resultan anacrónicas. Su discurso quizás influya en una minúscula parte de la población que crea o defienda prácticas políticas que se han quedado atrás por el peso de un cambio en la forma de pensar que el liderazgo político no parece entender. La data más relevante de la encuesta no es que Luis Abinader haya ganado el debate, es el hecho de que casi la mitad de la población estuvo atenta aunque no necesariamente influyó en sus decisión de voto porque el 65% de los encuestados dijo que tenía una decisión tomada. Danilo Medina dijo ayer que obtener dos millones de votos con un padrón de 8 millones de electores necesarios para ganar en primera vuelta era un hecho imposible. Pero hace 8 años que él obtuvo 2.8 millones con un padrón de 6.7 millones. De alguna manera le salió el ego a modesto hijo de Arroyo Cano.