Ayer Rosario Espinal como analista y Francisco Javier García como armador político coincidieron en que el PLD no ha ganado un proceso electoral sin alianzas. Si alguien sabe de eso es Danilo Medina y mucha gente que lloró el 2000 cuando Hipólito Mejía lideró la alianza rosada que los sacó del poder al que habían llegado de la mano del pacto Patriótico o patriotero que cerró las puertas de la presidencia de la República a Peña Gómez. Con Balaguer del otro lado el PLD con Danilo Medina como candidato perdió y solo quedan los recuerdos del llanto. El PLD y Danilo Medina vendido como su gran estratega político aprendieron la lección y en lo adelante trabajaron en procesos de coalición con un grupito de Partidos Lapa a los que primero Leonel y luego Danilo le ofrecieron migajas de poder y una cuota de fondos públicos a través de alguna institución intrascendente del Estado. Eso se mantuvo hasta el proceso pasado cuando a pesar de que los aliados le sumaron al PLD un cinco por ciento no fue suficiente para el magro 33% que sacó el propio PLD y que lo llevó a su realidad del 94. Sin su pequeño grupo de aliados que apenas le sumaron un 4% el PRM no habría ganado en primera vuelta y quizás la historia se habría escrito de forma diferente. Hoy cuando leo las notas del inefable José Francisco Peña Guaba que ha intentado un bloque en torno a Leonel Fernandez y su fupu, en el sentido de que quienes se oponen a una alianza en el PLD es un grupito, hay que ponerle nombre al grupito que es de tres: El presidente del PLD que es Danilo Medina, el secretario general que es Charlie Mariotti y el candidato Abel Martinez. Una alianza del PLD con la FUPU aunque sea en los niveles municipales y congresuales es el salvavidas de decenas de candidatos del PLD que aspiran a permanecer en algún puesto electivo. Pero parece que por encima del sentido práctico político para Medina sus diferencias con Fernández están por encima de cualquier cosa. Mariotti es su eco y el candidato ni tiñe ni da color. La famosa carta de los 300 del Comité Central exigiendo una alianza existió y aunque la llama fue apagada es muy posible que las brasas sigan ardiendo. El hombre enfermo que es Danilo Medina parece que se ha sumado al 80% de los dominicanos que creen en los milagros. Porque solo un milagro salva al PLD de unas manos que lo llevan al suicidio político. Si el PLD no logra una modesta representación en el congreso ese partido que ha castrado su liderazgo emergente se pone en el camino de su desaparición.