Las lamentaciones y golpes de pecho por la muerte del Agripino Núñez han llegado desde las élites políticas y económicas a las que sirvió de manera devota durante más de 40 años. Esas lamentaciones propias de nuestra cultura hispanófila intentan extrapolar el compromiso de esas élites y convertirla en un acción de carácter popular que, en este caso, resulta imposible. Los titulares de todos los diarios traen las expresiones de los políticos y han tenido que borrar los comentarios ciudadanos. Esos comentarios no son una encuesta científica pero son una expresión de una parte de la ciudad que tiene en ella su desahogo. Con Agripino se va un estilo, el negociador por excelencia se convirtió en la alfombra que ocultó lo peor de la basura de esta sociedad disfrazada de élite santificada por la corbata. Y eso va desde el célebre pacto por la democracia hasta la comisión de Punta Catalina Supongo que los políticos profesionales que irán hoy tras la foto en un velorio sin dolientes entienden el momento histórico y están conscientes de que no hay marcha atrás en la historia. Entre los avatares de la biología, su salida del control de la PUCMM y la decisión de Abinader ya Agripino estaba fuera de combate. Sus memorias fueron ampliamente cuestionadas por muchos de los actores del momento que aunque sin tanto espacio en los medios como el de la sotana y sus socios, dejaron en el inmenso mundo del ciberespacio sus opiniones. Con Agripino se va su tiempo aunque algunos insistan en patalear. La semana pasada escuché con sobresalto a uno de esos camajanes decir que el 50 más uno era la ultima voluntad de Balaguer y quedé pensando en cuantos países de América aun esta América tropical alguien pensaría que un muerto del siglo 20 debe decidir sobre el futuro de un país cuya mayoría ya nació en el siglo 21. Moscoso Puello escribió hace cerca de un siglo que este país era gobernado por una élite que vivía cerca del parque Colón y que entendía que el territorio era su patrimonio. Esa mentalidad no ha cambiado, pero la gente si. Una no saben hacia donde conducen estos caminos pero si sabe que no es al mismo lugar al que llegaban antes.