Ayer luego de Sin Maquillaje le decía a una colega que el escarceo en torno a la operación de venta del canódromo se resolvía con una cronología en el que estuvieran establecidos cada uno de los tiempos. Hoy un documento del Banco Central hace la aclaración pertinente y la fecha es la diferencia. La operación de venta fue aprobada el 6 de agosto del 2020 y se cerró en octubre por un cambio de razón social solicitado por el comprador que fue aceptado por el vendedor. Yo andaba investigando por el congreso por si la operación debía llegar esos lares pero después de los documentos del Banco la única pregunta seria porqué el precio aunque en favor de los involucrados hay que decir que era el mismo para todos los oferentes. El tío Google me indicó además que el nuevo Centro de retención de Vehículos que se construye en la circunvalación de Santo Domingo lo ejecuta el Ministerio de vivienda. Esa casualidad hace ruido. Mientras mi jornada de ayer estuvo dedicada a la investigación en torno a la denuncia publicada por Diario Libre, desde el mediodía empecé a recibir mensajes y llamadas de distintas personas, todas residentes en Estados Unidos, que me felicitaban o me preguntaban si me habían designado embajadora en cualquier país que usted se imagine. Me dijeron embajadora en tantos países que Europa y Asía quedan chiquitas. Normalmente tomo esas cosas a chercha pero lo de ayer fue una exageración. Fui Embajadora mental desde Austria hasta Armenia. Ustedes y yo sabemos que ese rumor no es puesto a circular por gente que entiende que puedo rendir una labor decente en favor de los intereses dominicanos en cualquier país sino por otros que entienden que decir que acepté una posición en el estado demuestra que soy una personar comprometida con la administración actual y que por tanto la actitud critica hacia el latrocinio institucional del PLD no era gratis ni compromiso profesional sino un negocio cuyo pago es un puesto diplomático. Trabajar en el estado es un derecho de quienes pagamos impuestos y yo pago mucho. Desde hace dos décadas el 28% de lo que gano va al fisco porque soy trabajadora a destajo y lo puedo demostrar con mis reportes de impuestos. Hace unos años ante una pregunta de Jochy Santos dije que no tengo vocación de empleada pública y sigo sin tenerla. Yo no podría trabajar en una administración que se ha decantado por la violación de los derechos elementales de los seres humanos y esa es la de Abinader que olvidó muy pronto que llegó al poder de manos de una coalición liderada por gente de ideas democráticas. Este gobierno se siente muy cómodo con las ideas de ultraderecha y yo pienso diferente y estoy muy vieja para cambiar. Si escuchan que a Altagracia Salazar la han nombrado embajadora digan que sí que me nombraron en Cutimba donde viven cientos de miles de dominicanos que aspiran como yo a un mundo mejor. Mientras tanto seguiré haciendo lo que sé y preocupándome por el uso del dinero publico que es al fin y al cabo el dinero mío y el de ustedes.