Alofoke no es una persona sino un personaje y como tal no es responsable de nada que pase en la sociedad dominicana más allá de la influencia propia de un medio de comunicación. Es muy superficial asociar el deterioro de los llamados valores tradicionales con la presencia de una persona que como todo fenómeno mediático desaparecerá en algún momento. Explotar la banalidad, crear y recrear la farándula como objeto noticioso es un fenómeno que vino con los medios de comunicación. Ese fenómeno empezó en Estados Unidos en los 40 y se convirtió en terror en Europa a finales del siglo pasado. La diferencia con República Dominicana de este tiempo no es el personaje sino el mercado que es el público. No es lo mismo orientarse a una sociedad educada que a la que sigue teniendo la peor educación del mundo. En comunicación la meta es llegar al receptor y para eso se necesita tener un lenguaje común. En el mismo momento en que la mayoría de la población adquiera otros niveles de educación el lenguaje que se usa para entretenerla tendrá que responder a sus expectativas. Nuestro problema pues no es Alofoke sino los políticos que han creado las condiciones para su prevalencia y los propios ciudadanos y ciudadanas que le han dejado el espacio al tigueraje viendo el juego desde la gradería. Los Guetos urbanos de Santo Domingo comenzaron a surgir en la década del 90. Contrario a los 70 en lo que la migración rural a la periferia capitalina generó la bachata, en los 90 ya la crisis de educación apuntaba a un cambio en los mecanismos de ascenso social. El joven del barrio que empezó a ver como el político local se enriquecía y como se asociaba con el delito, que en el barrio es el microtráfico y la protección de los microtraficantes, aspiró a lo mismo. Ese modelo de ascenso social es lo que representa Alofoke y no fue él quien lo creó. Ahora que hay elecciones municipales y congresuales y que usted ve en las vallas a candidatos y candidatas ofreciendo #lavuelta, #pontepati, #toypati, #pacomercongrasa, como consignas de campaña de varios aspirantes deberán colegir que el problema no está en la radio ni en las redes sino en la política que no tiene contenido. Esos son los alofokes politicos o alofokes partirdarios.