Luis Abinader sigue sin decir si se va a reelegir pero que yo razone el no tiene Plan B. Nada impide que el presidente se reelija a menos que esté recordando que la reelección o la posibilidad de la reelección fue una maldición para el Partido Revolucionario Dominicano, su fuerza política original y que fue la fuente de muchos de sus problemas. La violacion de acuerdos políticos internos en los que grupos beneficiarios del poder apostaban a quedarse generaron la tragedia de Antonio Guzmán, el ostracismo de Jorge Blanco e impidieron un triunfo de Jacobo Majluta al que todavía no se le han contado los votos. La modificación de la constitución para intentar reelegirse hecha por Hipólito Mejía en el peor momento posible, escindió al PRD con la salida de uno de sus líderes más reconocidos como fuera Hatuey DEcamps. Quizás Hatuey no se llevó millares de seguidores pero se llevó el discurso. El momento político actual es diferente Abinader no tiene sombras en sus propio partido, tiene una alta tasa de aprobación a pesar de la crisis y tiene a una oposición cercada por los casos de corrupción y por la memoria reciente. Como ahora existe Google no hay falsa promesa hecha por el PLD y su secuela, La FUPU, que no sea observada por la población. La semana pasada una televidente me envió una foto de cuando LF daba el primer picazo para la construcción del Hospital de Sosua con un mensaje que decía “espero que ahora anuncie el primer block” Con ese cuadro no se entiende porqué Abinader baraja el anuncio a menos que no sea, como ya dijimos, el temor a soltar los demonios de su propia gente y con ello destruir la imagen que ha construido. En los 80 el PRD se dividió en tendencias y el liderazgo de Peña moderó el asunto; en los noventa el propio Peña fue víctima de las pasiones y el majlutismo parió la estructura y el PRI. En este siglo el asunto fue tan lejos que hoy el PRD es un partidito apropiado por Vargas Maldonado para negociar. Si usted le pregunta a un chinero por la reelección de Abinader le dirá que va, no entiendo porqué barajar la cosa.