El gobierno y la oposición se reunieron ayer en Palacio y acordaron trabajar juntos para la recuperación de las zonas afectadas por el huracán Fiona. Es una buena noticia en una nación que durante 16 años no tuvo oposición y que en los últimos dos ha nacido una en la que dos partidos luchan por plantear sus términos tanto en el Congreso como en los medios o en los dos lugares. Más allá del oportunismo individual que termina en una fotografía entregando lo que sea y en la que los políticos dominicanos han hecho historia donando desde una mano de guineo hasta un cartón de huevos, el aporte real a la reconstrucción y a la vuelta a la normalidad dependerá en mucho de la gestión pública. Si usted revisa los diarios la operación es simple el gobierno licita mil millones, entrega 99 y las donaciones privadas son apenas la cuarta parte de eso. El estado como tal tiene la gran responsabilidad de dar la cara por sus ciudadanos y sin ninguna duda y sin lambonismo alguno hemos tenido la más rápida actuación frente a un desastre natural. Ayer se informó que 210 mil personas seguían sin electricidad pero que el 100% de las líneas de transmisión han sido recuperadas. En Higuey la mitad de los ciudadanos tiene energía. Si es cierto el dato del COE estamos ante un hito en términos de respuesta rápida. Cuando el huracán George yo vivía en El Millón y pasamos más de dos semanas sin energía. Si el fin de semana el gobierno logra techar la mitad de las viviendas que anunció estaremos frente a otro record. La meta es 8, 800. Si logra la mitad se casan con la Gloria. Según he averiguado, me lo explicó un funcionario de una agencia internacional vinculada a estos temas, la eficacia mostrada hasta ahora ha tenido dos puntales: el primero es la atención de las autoridades a las recomendaciones técnicas de una unidad de atención de riesgo y la segunda que hasta ahora no ha habido tiempo para hacer negocios aunque debe haber mucha gente intentando hacerlo. Quizá por eso el presidente dijo que quien haga negocios con la emergencia será sometido de emergencia. Pero lo dijo también porque mucha de la corrupción de las administraciones pasadas se ha prevalido de las declaratorias de emergencia algunas extendidas hasta el extremo. Si habrá o no negocios con la tragedia lo sabremos en unos días. La evaluación de la respuesta al huracán no se hará en los diarios ni en el congreso, la harán los afectados. Una de las cosas que ralentizó la capacidad de respuesta de las administraciones de Leonel Fernández y Danilo Medina fue que primero se discutía quién haría el negocio y después se pensaba en las necesidades de la gente. Por eso tres meses después de la emergencia por Covid no se había comprado una jeringuilla a la espera de que las empresas de Alexis Medina lo hicieran. Aunque la respuesta gubernamental ante tragedias de este tipo es ordinaria la realidad es que otorga un gran capital político nacional y local para sus ejecutores. Tanto que de Trujillo para acá cada ciclón deja una reelección. Si de paso la administración de Abinader nos convence que la ayuda pública no implica los niveles de robo al erario que hemos conocido antes, puede dormir tranquilo.