El ministro sin cartera y ex ministro de educación Roberto Fulcar está en Boston donde es tratado de una colitis ulcerosa. Por lo menos esa es la información que obtuve de fuentes hasta ahora confiables que son a las que acude un profesional del periodismo cuando tiene que informarse e informar. La enfermedad es tratable aunque mis fuentes hospitalarias indican que el funcionario debió acudir con más tiempo y que pudo, con tiempo, hacerlo en República Dominicana. Los profesionales del área indican que las enfermedades de esta naturaleza son sensibles al estress y mucho de lo que recomiendan es asumir un estilo de vida lo más tranquilo posible. Eso es difícil para un político y más si es una familia de políticos como son los Furcal. Generar una campaña de expectativas en torno a un posible sometimiento a la justicia de personas que habrían injuriado o difamado al ex funcionario seguro que choca con su calidad de vida, porque en algún lugar de Boston Roberto Fulcar está leyendo, escuchando o mirando lo que se dice y se habla en RD. Y tiene que ver leer y oír de todo. Y lo que ha montado Julito Fulcar es una campaña de expectativas. Puso un tuit domingo, dio una rueda de prensa ayer y ahora hay que esperar la acción legal en contra de quienes sus abogados consideren han faltado a la ley de expresión y difusión de pensamiento o de delitos electrónicos si así fuera. A la justicia le quedan cuatro días para unas vacaciones que llegan hasta después del día de reyes. Supongo que los asesores de prensa de los Furcal no se han juntado con sus asesores médicos porque es evidente que hay una contradicción pero eso lo ve una desde afuera. La política de la manigua resulta cruel y me parece que la crueldad incluye, en este caso, a los más cercanos. Como solo me ocupo de lo que es noticia no estoy enterada de la chismografía que pueda resultar a propósito de la estadía de Roberto Fulcar en Los Estados Unidos. Como funcionario a cargo del mayor presupuesto en el estado dio muchos palos a ciegas y en su momento lo señalamos desde esta modesta tribuna. Pero su salud es privada en tanto en la actualidad no es un funcionario a cargo de un bien público. Desde aquí le auguramos una pronta recuperación y le recomendamos a la familia que si va a someter a alguien lo haga sin una campaña de expectativas que puede buscar favorecer el posicionamiento político de la una víctima pero que definitivamente no le aporta a su salud.