Ayer recibí un mensaje que copio textualmente “aquí en Vicente Noble y en otros municipios de la provincia anda una guagua anunciando una actividad con Danilo Medina y pidiéndole a los miembros del PLD que acudan con banderas y gorras” , ahí termina el mensaje. Le contesté que grabara la guagüita pero no he tenido respuesta, no sé si la persona no ha visto mi mensaje o simplemente no pudo hacer el videíto. También es posible que el propio PLD se haya dado cuenta de que el anuncio no procedía. Hoy leo sin sorpresa que Danilo Medina juramentará 15 mil en Barahona. O sea que Medina va a juramentar a los peledeístas que evidentemente tenían gorras y banderas pero no estaban juramentados. Supongo que quieren saber cual es su voto duro sin hacer una encuesta. Juan Tomás me entera esta mañana que una vidente ya vaticinó que Leonel Fernández volverá al poder en el 24, cosa que es posible, porque contrario a su ex, el no tiene contrincante en su partido para optar por la candidatura y ser candidato es la condición indispensable para que la posibilidad de ser presidente exista. Puede que lo sea o no pero la vidente tiene un 30% de posibilidades de acertar en el caso de que en el país prevalezca el tripartidismo. Es probable que las cartas de la vidente fueran ayudadas por una encuesta en que tanto el ex presidente Fernández como su hijo están en el carril de adentro para las posiciones a la que podrían aspirar. Contrario a la adivina que no tiene que fundamentar sus predicciones más allá de que alguien las crea, las encuestas tienen que guardar las formas y pretender una apariencia de ciencia para fundamentar sus hallazgos. Quienes creemos en las encuestas creemos más si sabemos quienes la pagan. Esta semana salieron dos y en ningún caso se dice a quienes le interesaban. Espero que los medios que tradicionalmente publicas investigaciones de mercado electoral se animen porque no he escuchado que nadie anda en eso. Por ahora, las encuestas, las juramentaciones y hasta la adivinadora no pasan de ser propuestas electoreras que buscan influenciar o condicionar a una opinión pública demasiado vulnerable. La falta de reglas o el irrespeto a las que existen son la norma en una práctica política que se niega a evolucionar. En toda América Latina los partidos tradicionales desaparecieron producto de esa crisis de perspectiva. Hay una generación de ciudadanos que no puede hacer contacto con el viejo sistema. Esa franja no es la mayoría como no ha sido nunca el sector que impulsa los cambios en cualquier sociedad. El PLD, la FP y una parte del PRM insiste en lo mismo, hay que desearse suerte. Usan métodos modernos de comunicación pero el mensaje sigue siendo el de la vieja política.